Cultura milenaria.
La cultura maya se asentó en Centroamérica, se ubicaron en las tierras altas de la actual Guatemala alrededor del año 2100 a de C., y posteriormente se diseminaron por toda la región. Por influencia Olmeca, se convirtieron en un pueblo constructor de centros poblacionales permanentes de tipo aldeano.
Luego en los años 292 y 900 d. de C., se produjo el mayor esplendor de la civilización maya. Más tarde (900-1527 d. de C), los toltecas impusieron a los mayas su dominio político religioso, y se produjo la fusión cultural de ambas.
La cultura maya se dividió en Antiguo Imperio y Nuevo Imperio. El Antiguo Imperio se originó en el siglo IV d. de C., a partir de la cultura Olmeca de tipo neolítico, que habitó la región de Tabasco y Veracruz (México). El Antiguo Imperio maya llegó a su mayor esplendor hacia el siglo X d. de C. en Teotihuacán, al sureste de México. El Nuevo Imperio existió desde finales del siglo X hasta la conquista española. Unificó las culturas maya y tolteca (población Otomís y Nahuas), que tuvo como centro a la ciudad de Tula (siglo X), y la península de Yucatán.
Todos los mayas compartían la misma religión y cultura, no tenían una única capital ni un único gobernante. Cada ciudad se gobernaba a sí misma y tenía su propio dirigente de origen noble. Estatuillas mayas como ésta, procedente de la isla de Jaina, han sido una importante fuente de información sobre la vida y las costumbres del pueblo maya.
Los mayas destacaban en aritmética y astronomía y tenían su propia escritura jeroglífica. Sin embargo, los cuatro códices mayas que se conservan no cuentan mucho de su historia, sino que se ocupaban de temas tales como rituales, astronomía y calendarios.
Para los Mayas el maíz era la base de la economía; además, cultivaban fríjol, calabaza, yuca, chile, tomate, cacao, algodón, tabaco y frutas como aguacate, patilla y zapote. Simultáneamente, domesticaron perros, palomas, patos, faisanes y perdices, además de abejas que les proporcionaban cera y miel; y pescaban en el mar, lagos, lagunas y ríos.
Las lanzas tenían una punta endurecida al fuego o de piedra u obsidiana afilada. Las lanzaban con una lanzavenablos o atlatl.
El lanzavenablos consistía en una pieza grande de madera con una acanaladura en el centro.
Este el el Templo piramidal El Castillo, situado en Chichén Itzá.
La ciudad Maya de Chichén Itzá fue construida en un lugar estratégico en el centro de la Península de Yucatán. Se convirtió en un importante centro comercial que mantenía contactos con otras mucha regiones. Se cree que en ella se establecieron los invasores Toltecas.
Esta acuarela representa a un guerrero que adornaba la puerta de acceso de un templo en la ciudad Maya de Chichén Itzá. El guerrero va ataviado y armado de forma similar a los guerreros Toltecas, ya que la influencia Tolteca fue importante en algunos territorios Mayas. Lleva un escudo alrededor de la muñeca, bandas protectoras en un brazo y en las piernas y va armado con unas lanzas.
Los Mayas enterraban habitualmente a sus difuntos bajo el suelo de las casas o en el campo. A veces, sin embargo, incineraban los restos o los enterraban en cuevas, en depósitos subterráneos o en urnas. Las clases privilegiadas se enterraban en tumbas muy complicadas. Un tipo de enterramiento corriente para niños consistía en colocar al cuerpo en una urna grande, tapada con una vasija de tres patas o por un fragmento de recipiente.
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